Un molino de piedra y madera. Una casa con mucha vida, dispuesta a empezar de cero.
Construido por el bisabuelo del propietario actual, este edifico tuvo varios proyectos que aún hoy se conservan. El hecho de no haber cambiado de manos en más de un siglo, es una garantía de calidad y cuidado. La vivienda fue primero un edificio industrial, como ya hemos visto y posteriormente se reconvirtió en vivienda. De hecho, en su gran salón se observa la tolva del molino originario, con su maquinaria intacta. Y también la turbina generadora de electricidad.
En planta baja, encontramos el salón mencionado, con su amplia chimenea a la que se ha acoplado un ingenioso sistema de calefacción. Tiene varios ambientes muy luminosos. También está la cocina, combinando elementos antiguos y modernos. Además, en esta planta, se encuentra la antigua serrería, hoy convertida en un original comedor, de cuyo techo cuelga una barca antigua de madera, batuxo en gallego. Hay también un cuarto de baño con ducha. Actualmente es el único de la casa, pero están hechas las obras de preparación para instalar otro en la planta superior.
En la primera planta, después de pasar por una salita abierta en el rellano de escalera, descubrimos dos dormitorios. Uno con cama de matrimonio con dosel. Y otro muy grande con tres camas y bastante mobiliario; tabicado a gusto de los nuevos propietarios, podrían obtenerse más habitaciones.
En la tercera planta hay un tercer dormitorio doble, con dos camas con dosel. El mobiliario de todos estos espacios, en gran parte original de la época de construcción o al menos con 100 años de antigüedad, encaja perfectamente con el estilo de la vivienda y se incluiría en el precio de venta, salvo algunos objetos personales.