En Figueras, dentro del municipio de Castropol, Asturias, encontramos esta propiedad. Castropol se extiende a orillas de la Ría de Ribadeo, el estuario donde vierte al Cantábrico el río Eo. Este río, famoso por sus salmones y truchas, es la frontera natural entre Galicia y Asturias. Es tierra de grandes casonas construidas por emigrantes a América. Son las famosas «casas de indianos» que jalonan, principalmente, la costa cantábrica.

Esta impresionante casona consta de 3 plantas más bajocubierta. Está totalmente rehabilitada y lista para habitar, de hecho se ocupa cada verano por quincenas. Las gruesas paredes de piedra y el tejado de pizarra, así como las ventanas, aunque la vivienda data de 1840 aproximadamente, están en perfecto estado. Han sido mantenidas constantemente para que conserven su estilo colonial intacto y preservarla libre de humedades.

En la planta baja, hay un gran vestíbulo con salida a la parte posterior de la casa. A los lados, un comedor y un salón con chimenea y galería. Al fondo, la cocina, con office, bodega/despensa y dos aseos más un escobero. Hay también un dormitorio doble con cuarto de baño integrado. La escalera de madera nos sube a la primera planta. Allí encontramos dos zonas a ambos lados de un amplio distribuidor central. La zona principal de la vivienda, que se compone de una amplia sala de estar, el dormitorio principal con vestidor y cuarto de baño ensuite. Y al otro lado, rodeando una hermosa sala de estar, cuatro dormitorios. Dos de ellos tienen el cuarto de baño integrado y, para los otros dos hay un cuarto de baño común con doble lavabo y dos entradas individuales. Siguiendo por la escalera, subimos a la segunda planta. Allí se encuentran otros tres dormitorios con cuarto de baño integrado. También dos enormes trasteros, a ambos lados de esta planta, que tiene una superficie total de 210 m2. Por último, en la planta bajocubierta, se encuentra un desván trastero de unos 70 m2.

La extensión de esta impresionante casona es de 937 m2 construidos, más dos edificios externos: un almacén que incluye cuarto de calderas y lavadero/plancha; así como un hermoso cuarto de juegos. Tienen 60 m2 cada uno. También, dentro del jardín, se incluye un hórreo tipo gallego y una casa de muñecas de dos plantas, con unos 50 m2 de superficie, aproximadamente. La casa tiene calefacción y agua caliente centrales con caldera de gasoil y acumulador de agua.  Las calidades de la casa corresponden a un edificio de esta categoria: madera y losas de piedra en bigas y suelos según las zonas. El agua proviene de la traída del pueblo, y tiene también saneamiento público y fosa séptica. Hay un pozo cubierto dentro de la propiedad. En total, la superficie construida rebasa ampliamente los 1.000 m2 si incluimos los edificios externos mencionados. La casa se vende amueblada, a excepción de objetos personales.

Si sumamos la finca de pradera, con acceso directo desde la carretera, y el jardín arbolado y cerrado con muro de piedra, se trata de una superficie total de 11.000 m2. En ella encontramos, aparte de las frescas praderas verdes, una serie de árboles de sombra de gran porte y las típicas palmeras de estas casas de indiano que los propietarios iniciales plantaban como recuerdo de las tierras donde hicieron su fortuna.

La zona de Figueras, donde se encuentra este edificio singular, es muy especial. Oviedo y su aeropuerto a 60 minutos. La costa gallega de Lugo, con la Playa de Las Catedrales a 12 km y Foz o la maravillosa Ría de Viveiro un poco más allá. O la asturiana, empezando por la preciosa y natural Playa de Peñarronda, a 2 minutos en coche, y siguiendo por toda la costa: hasta la playa de Frejulfe, la playa morena de Navia, Artedo, Barayo, Cadavedo, Porcía… todas buenas playas para el baño y el surf. Hay donde elegir. Y el Camino de Santiago del Norte a tiro de piedra.

Todos estos atractivos, y la situación de esta magnífica casona, ofrecen una oportunidad excepcional como enclave turístico de primer orden para establecer un negocio de éxito.